Como ya va llegando el buen tiempo y el calor, apetece ya ver casitas veraniegas y esta casa en Ibiza me parece un espectáculo, realizada con mortero, cemento, piedra, mimbres y artesanía, una casa entre las montañas con un acabado muy artesanal y típica del entorno.
En el exterior se conservo la chimenea de piedra, los muebles son de madera y caña, con tejidos de lino para aportar calidez y lámparas de ratán.
En el interior toda la vivienda esta realizada en blanco cal y suelo de microcemento para dar mayor frescura a la vivienda. La sala junto a la cocina, tenemos las famosas butacas CH25 de madera y cuerda de Hans Wegner para Carl Hansen & Søn, mesita de ratán y alfombra de Esauira de Beldi Rugs. Detrás, sobre un caballete vintage de mercadillo, cuadro anónimo de mediados de siglo, canastas keniatas y lámpara de mimbre francesa. Todos los elementos parecen elegidos al detalle para que no pasen desapercibidos.
En el salón, con sofás y chimenea de obra, mesa midcentury, en Vinterior, lámpara local y flexo Anglepoise comprado en Londres. Tapicerías en tonos naturales de Romo, alfombra Beni Ouarain y, delante, manta multicolor de Esauira.
En el dormitorio, cama de obra, flexo Grasshopper de Greta Grossman para Gubi y bolsa comprada en Sudáfrica.
No he conseguido encontrar el diseñador de esta casa, pero hay que reconocer que ha hecho un trabajo excelente.








